Lobos marinos y cisnes de cuello negro: Convivencia en el agua. | Periódico Los Ríos

Lobos marinos y cisnes de cuello negro: Convivencia en el agua.

Uno de los ecosistemas naturales más amenazados del planeta son los humedales, tanto por la acción humana asociada al crecimiento urbano que los estrangula transformándolos en canales o pozas temporales receptoras de basura, como por el cambio climático que afecta a su tamaño, estructura, hidrología y comunidades biológicas (Moreno 2005), siendo ecosistemas muy difíciles de abordar debido a su gran diversidad y complejidad.

Nuestra riqueza medioambiental es la gran biodiversidad en flora y fauna, siendo uno de los íconos valdivianos el “cisne de cuello negro” Cygnus melanocoryphus (Molina 1782). Es una especie migratoria vulnerable de gran tamaño (122 cm aprox. de largo), endémica de Sudamérica, Brasil, Paraguay, Uruguay, Argentina y en Chile, se distribuye desde Coquimbo al Cabo de Hornos. Su hábitat natural, son sistemas acuáticos tranquilos y protegidos, con poca corriente o sin corriente (lentica) de baja profundidad que permite el rápido crecimiento de vegetales sumergidos. Se alimenta preferentemente de vegetales acuáticos, tal como el luchecillo Egeria densa Planch. (especie introducida) y secundariamente de moluscos, insectos, y larvas de peces. De costumbre gregaria, manteniendo grupos y de ahí se conforman individuos emparentados, durante toda su vida. Su periodo de reproducción va desde octubre a finales de noviembre, anidando en humedales, pajonales tupidos al borde de lagunas o islotes alejados de las riveras, y colocando entre 4 a 7 huevos. Un lugar especial de anidación, es El Santuario de la Naturaleza del Rio Cruces, ubicado al noreste de la ciudad de Valdivia, humedal de 6 mil hectáreas.

Se formó luego del terremoto de 1960, tras el hundimiento de las tierras agrícolas en las riberas del río Cruces y su red hidrográfica. La zona fue propicia para la repoblación de diversas especies vegetales acuáticas y cerca de 80 especies de avifauna. Gracias a esta biodiversidad, el lugar fue declarado Santuario de la Naturaleza en 1981, pasando a ser parte del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas por el Estado de Chile y reconocido por la Convención Ramsar. Tratado intergubernamental suscrito en el mismo año y cuya misión es la conservación y el uso racional de los humedales mediante acciones locales y nacionales y gracias a la cooperación internacional, como contribución al logro de un desarrollo sostenible en todo el mundo.

El cisne de cuello negro, siempre ha sido un ave digna de admiración, cuya permanencia en el humedal Río Cruces se vio fuertemente afectada el año 2004, disminuyendo de 8000 ejemplares a menos de 400 en el mismo año. Ello debido a la disminución drástica de su alimento base, que es el luchecillo. Hoy es posible contabilizar una población cercana a los 12.000 ejemplares (Censo 2018, Conaf) lo cual por diferentes razones nos señala que la naturaleza es capaz de superar obstáculos y conducir nuevamente sus formas.

Hoy por hoy se presenta un nuevo factor externo a su hábitat normal, que está produciendo preocupación, ya que se ha visualizado la acción de lobos marinos jóvenes cazando cisnes en aguas del sector de Punucapa. No es normal ni cotidiano que ello suceda, lo que sí es normal es que casen, pero debemos entender su comportamiento. El lobo marino sudamericano Otaria flavescens (Shaw, 1800) vive en un amplio rango latitudinal a lo largo de la costa sudamericana, desde Perú hasta el sur de Chile en el Pacífico, y desde Brasil hasta el sur de Argentina en el Atlántico, incluidas las Islas Falkland (King 1983 )

Lobo Marino v/s Pulpo.

Es una especie asociada a ambiente litoral, con característica rocosa que posean grietas y cuevas aptas para su reproducción, desarrollando hábitos pelágicos durante periodo no reproductivo. Su dieta alimentaria está constituida principalmente por peces, cefalópodos, crustáceos y pingüinos. No es habitual que incursionen al interior de los ríos, ello obedecería a la búsqueda de alimento, refugio y descanso, en consecuencia al mercado fluvial, ya que el alimento lo obtienen sin mayor esfuerzo, conducta que se da con notoriedad en ejemplares de mayor edad.

Toda esta línea de base ha pasado a constituir su hábitat, por tanto es válido exponer la hipótesis, que al producirse cambio en su territorio como es la remodelación de la costanera, los ejemplares juveniles (1 a 3 años y 0,7 a 1,5 m) más avezados estén buscando otro hábitat, no muy abundante en pescado, por lo que los cisnes podrían pasar a suplir una necesidad alimentaria.

ALVARO J. INZUNZA SCHEEL

Biólogo

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